En un hallazgo que podría cambiar para siempre nuestra comprensión del universo, astrónomos afirman que el telescopio espacial James Webb ha captado evidencias de estructuras artificiales colosales en Próxima B, el exoplaneta más cercano a nuestro sistema solar. Las observaciones revelan formas que parecen ser torres metálicas gigantes, extendiéndose cientos de metros sobre la superficie, brillando con reflejos que sugieren materiales desconocidos y tecnologías avanzadas.

Más sorprendente aún son los patrones de luz que cubren vastas áreas del planeta, descritos como rejillas luminosas pulsantes, perfectamente alineadas y cambiando con ritmos que parecen indicar actividad inteligente. Estos destellos no corresponden a fenómenos naturales conocidos y podrían sugerir sistemas energéticos masivos o infraestructuras de comunicación planetaria.

Científicos especulan que estas mega-ciudades alienígenas podrían ser un ejemplo de civilizaciones altamente avanzadas capaces de manipular la geología y la atmósfera de su mundo para sostener enormes poblaciones o incluso proyectos de ingeniería planetaria. La extensión de estas estructuras podría abarcar continentes enteros, creando un panorama arquitectónico que desafía toda imaginación humana.

Mientras la comunidad científica debate la autenticidad de los hallazgos y los posibles errores de interpretación, el público no puede evitar preguntarse: ¿Estamos siendo observados? ¿Qué formas de vida podrían habitar esas ciudades тιтánicas? El universo, hasta ahora silencioso, podría estar enviando señales de que no estamos solos… y que la vida inteligente en otros mundos podría ser más compleja —y más aterradora— de lo que jamás imaginamos.